Paco Valls ingeniero de sonido,José Pardal productor.

Este cantar nocturno es como un himno nacional para los puertorriqueños. He visto gente llorar cuando en lejanas tierras lo escuchan en grabaciones. Nos llevan a nuestra tierra y nos traen recuerdos gratos y relajantes. Y aunque no lo creas antes se decía que sólo cantaban en Puerto Rico pues los llevaban al exterior de nuestra Isla y morían sin cantar. Sin embargo, ahora sabemos que se han aclimatado muy bien en la islas de Hawaii. Por supuesto la flora y fauna de allá es casi similar a la de acá. Hay que recordar también que a principios del siglo XX hubo una ola migratoria de boricuas que fueron a trabajar allá en el cultivo de la caña de azúcar. Llevaron nuestras costumbres, como la música, la comida y al coquí. Y lo más sorprendente es que las autoridades estatales hawaianas lo han considerado como plaga y han prohibido su importación al extremo de imponer multas exhorbitantes. Han intentado acabarlas y no han podido pues se siguen reproduciendo. Se nota la diferenciación cultural, aquí ese sonido es armonía y paz y allá una molestia al oído. Ese canto seguirá resonando para siempre en medio del Pacífico.